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Viviendo con el Schnauzer gigante


Por Manuel Hiram Rivera Navarro


“Al principio Dios creó al hombre, y viéndole tan débil, le dio el perro”: Tossenel 

Elegí este tema porque lejos de ser un experto en los distintos ámbitos en los que los estudiosos y profesionales pueden referirse acerca de la raza Schnauzer gigante, he decidido compartir mis experiencias a lo largo ya de muchos años de convivencia con estos hermosos seres y, con ello, contribuir con una visión más ordinaria para quienes desean o están interesados en adquirir y convivir con tales compañeros; de ahí que aborde la presente relatoría desde tres aspectos básicos de la vida animal, a) la llegada del cachorro a la casa; b) el cachorro se hace adulto; y, c) nuestro viejo compañero.  

   

a) Llegada a casa del cachorro Schnauzer gigante

Se dice comúnmente y con sobrada razón, que los perros de esta raza poseen como rasgos de personalidad, esencialmente la fortaleza, son vigilantes, valientes, fáciles de entrenar, profundamente leales a la familia, juguetones, amables en reposo, de estampa y figura dominantes.

 

Este tipo de raza muestra desde temprana edad una extraordinaria capacidad de adaptación a la familia, incluso la constituida por diversos ejemplares de la misma u otras razas, por lo que se integra con valor a la manada, en forma relajada y juguetona. Conforme pasan las semanas dentro del hogar, el cachorro aprende los roles que desempeñan los mayores y toman a juego cualquier oportunidad prestada. No temen y esa capacidad de aprender tan rápido los patrones de comportamiento, resultan ser sumamente útiles a la hora del entrenamiento, pero también a la hora de defender el hogar con los demás miembros caninos o humanos, ello cuando por alguna razón se asoman desde un gato o un perro, hasta cualquier persona que tonta o malintencionadamente tienda a acercarse al mismo.

 

Es importante considerar que son cachorros con mucha energía, misma que buscan desahogarla en forma de juego, por lo que hay que tener ciertos cuidados en casa, pues prontamente se dan cuenta de la fuerza y lo rápido que crecen, que les permite levantarse sobre la cubierta de la cocina y tomar cualquier objeto para salir corriendo, por lo que si de casualidad dejas cucharones de cocina, exprimidores de limones o recipientes de plástico, verás con tristeza que son incorporados a la colección de juguetes idóneos para morder, pero además igualmente abren cajones, puertas abatibles, puertas de jardín no aseguradas y hasta puertas de reja no trabadas, su energía, inteligencia, capacidad de aprendizaje y voluntad y firmeza para conseguir sus objetivos los hacen ser considerados perritos sobre los cuales hay que ser muy ordenado y dispuesto a jugar por algún tiempo, no por nada se han ganado el sobrenombre de los “demonios negros”.

 

De igual forma son cachorros sumamente amorosos y es verdad que son leales, pues seguirán tus pasos cual sombras negras, ya sea que te encuentres descansando, leyendo un libro de tu agrado, escuchando música y/o viendo la televisión, ellos estarán al pie de tu aposento, observando en forma intuitiva tus movimientos, de ahí que basta con que te levantes para ir al refrigerador por una bebida, para que tu cachorro esté por detrás de ti acompañando tus pasos y en todo momento.


Su propia naturaleza de raza grande, los hacen ser perros que buscan satisfacer su apetito, por lo que, si estás pensando en adquirir un hermoso cachorro, ten en cuenta que tienen un consumo de comida de moderado a alto y ello traerá al mes un impacto económico. No obstante, lo anterior, frente a tal circunstancia tendrás un excelente cachorro, dispuesto al juego, tolerante al juego brusco y por ello, paciente con los niños que gozarán de un peludo integrante que no se enoja frente a los jalones de barba, “abrazos del oso”, “lucha libre” y un sinnúmero de actividades que te llenarán de alegría y satisfacciones.       

 

 

b) El cachorro se hace adulto

Generalmente, frente a otras razas que al año llegan a la edad adulta, el Schnauzer gigante comienza su edad adulta aproximadamente a los dos años, lo cual no significa que desde entonces asuma plenamente el rol de adulto; de hecho, su conformación física te dirá que ya ha llegado, en los machos la cabeza y trufa gruesa, casi cuadrada, dan muestra de su virilidad y en las hembras su temperamento suele ir cambiando a más aprensivas, pero muy cariñosas y menos explosivas y dispuestas al juego aunque, aún no lo habrán olvidado; en ese sentido encontrarás que la maduración de su comportamiento vendrá poco a poco conforme pasen los meses y años ya entrados en la edad adulta, pues ellos seguirán respondiendo con energía y sorprendente alegría, desde el lanzamiento de pelota o muñeco, pasando por el juego de morder la manopla de cuero, hasta la lucha libre.

 

A partir de esos momentos tendrás un compañero que ha creado patrones de comportamiento ad hoc a ti, pues aprenden rápidamente tu rutina y son predictivos a tus hábitos, habrán identificado a qué hora te despiertas, el tiempo en que saldrán a caminar o correr por las cercanías de la casa, el momento en que sales a realizar tus actividades cotidianas y el momento en el día en que sueles regresar, para ese momento en sus vidas es recomendable que ya hayan pasado al menos por algún curso de adiestramiento básico que habrás tomado con él, lo que te permitirá disfrutar mucho más a tu compañero, pues son muy dispuestos a acatar las instrucciones que se les dan. Generalmente son perros muy limpios, por lo cual es fácil convivir al interior del hogar, pero habré de decir que dado el manto de pelaje amplio que tienen, requieren de un mantenimiento mayor que otras razas menos peludas, por ello el cepillado constante y el arreglo profesional de su pelaje son costos a considerar en el presupuesto.

 

Ahora es un compañero que investiga, incursiona sin temor hasta el rincón más oculto del hogar, pues se sabe conocedor de sus capacidades y fortalezas físicas y emocionales, si durante los primeros años de su vida fuiste capaz de respaldar su confianza con amor y apoyar su valentía en todo momento, tendrás un Schnauzer gigante muy equilibrado en sus emociones y reacciones intuitivas; frente a los otros integrantes de la manada se erige líder y con gallardía se muestra frente los demás, así que si tiene más compañeros le toca al humano, en cierta medida, establecer la jerarquía que cada integrante debe tener, a través de acciones afirmativas que establezcan ese rol a fin de no restarle valor o relegar a los primigenios (esa será una condición que su propia naturaleza terminará ejerciendo), y si es el único canino en la manada, toca establecer con acciones afirmativas que el alfa es uno mismo, pues de nuevo, su inteligencia y temperamento dominante pudieran -en forma aparentemente imperceptible-, abundar en un perro hasta cierto punto indisciplinado o terco, que sobresale a las disposiciones del humano y establece sus propias reglas.

 

En mi experiencia tengo un perro muy dispuesto al entrenamiento de custodia personal, que no se intimida ante estímulos externos que en otras razas pudieran representar temor o agresividad; inteligentes y dóciles al entrenamiento aprenden sumamente rápido y dada su conformación física los hace perros relativamente más fuertes que otros, como los Malinois, pero al mismo tiempo más agiles que los Rotweiller, de ahí que muchas personas los cataloguen como excelentes perros de trabajo, en el pastoreo o la guarda y protección. 

 

c) Nuestro viejo compañero

A los siete años ya es un perro que entra en la última fase de vida, pues su expectativa es de aproximadamente 12 años; el Schnauzer gigante, sigue y seguirá siendo un estupendo perro de guarda del hogar o del rancho, pero como es natural irá perdiendo todo el pundonor que le caracterizaba, pero es absolutamente normal, ellos suelen manifestar problemas de displasia de cadera por su naturaleza de perro grande, si no la desarrolla seguirá saliendo a caminar y corriendo a investigar quién golpea a la puerta, igualmente pasará más tiempo cerca de su adorado dueño y permanecerá como la sombra negra que siempre ha sido, pero ahora ya no pedirá a toda costa que compartas de lo que comes o bebes, recuerda que ya sabe tus hábitos y por su inteligencia ha asociado tus patrones de comportamiento; siempre valiente hasta el final podrás seguir confiando en su lealtad, ahora su experiencia y porte gallardo que lo hace llamativo e imponente, sobre todo en una posición defensiva, intuye con mucha precisión los factores de peligro que los rodean, seguirá sin esbozar temor a factores externos como el clima, cuetes (cartuchos de pólvora que se lanzan al espacio y estallan al terminar su mecha) o concentraciones de personas, pero recuerda que ya no es el mismo intrépido de antes, ahora será más mesurado, pasará muchas horas debajo de tus pies o en tu regazo, no son perros que tengan tendencias a enfermarse mucho en su vida, son fuertes física e inmunológicamente, pero igualmente ello dependerá de cuánto te preocupaste por su salud y condición durante los años previos; es preciso señalar que son perros que a través de los años, desde cachorros, son propensos a tomar mucha agua, por lo que hay que procurar suministrarles agua de calidad, a fin de que no desarrollen enfermedades como insuficiencias renales (ello lo tuve que aprender con la experiencia) o de las relacionadas al consumo de agua, habrá de considerar también las cantidades de su consumo y la forma en que lo hacen. Finalmente, llegará el momento de despedirse porque así es la vida, pero habrás compartido grandes y muy buenos momentos de ella con tu leal, valiente, fuerte e inteligente Schnauzer gigante. 


Es cuanto. 

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