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Nuestra historia con los Pointer Alemán comenzó cuando éramos niños


Por Orlando Cano.

Foto: Diane Prohaska


Un buen día, mi padre nos cumplió el sueño de hacerse de un terreno en el campo, donde pudiéramos ir a pasar los fines de semana. La persona que le vendió el rancho le puso una sola condición, la cual consistía en que tenía que quedarse con dos perros que eran hermanos y que estaban demasiado acostumbrados a vivir en ese lugar. Mi padre aceptó sabiendo que nosotros amábamos a los perros y que jamás habíamos tenido uno propio; y en ese mismo día, nos hicimos de dos: “el Mocho y su hermano Sonson”.

Pasábamos horas y horas en el bosque paseando con esos perros, nosotros no sabíamos de shows de conformación ni nada parecido, sólo disfrutábamos de la compañía y de la destreza que tenían para cazar. Ese par de perros vivieron con nosotros por más de 15 años y nos dejaron marcados para siempre, despertando en nosotros un gusto más profundo por los perros de raza.

Pasó el tiempo, crecimos y conocimos gracias a varios amigos de Monterrey, lo que eran las exposiciones caninas. Recuerdo que fuimos a un par sólo como espectadores y ahí nos nació la inquietud de tener un ejemplar para exponerlo, aunque llegamos a la conclusión de que si aún no teníamos carro para ir y venir a todos lados con un Pointer Alemán, debíamos buscar una raza más pequeña y así fue como empezamos a competir con Whippet y Cocker Spaniel.

Con el tiempo fuimos disfrutando de las exposiciones, pero ¡algo nos faltaba! Había llegado la hora de darle el gusto a nuestro papá, así que nos dimos a la tarea de encontrar algo del tipo de nuestros perros fundadores. Y fue así que gracias a Ivonne Rangel, una paisana de Monterrey, la cual nos presentó con una de las personas más respetadas en la raza, la señora Valerie Nuñez, tuvimos la oportunidad de ir con ella, a quien le contamos esta misma historia y aún con dudas, nos confió una hermosa cachorra de nombre “Dory”. Esa adorable hembra dio una de las mayores alegrías a nuestra familia canina, pues ¡logró ganar “Mejor de la raza” en la exposición mundial en Argentina 2005! Al regresar a México, recibimos un mensaje de Valerie diciéndonos que estaba muy contenta por nuestros logros con la perra y que tenía un cachorro macho que era perfecto para que iniciáramos nuestras propias líneas y criadero de Pointer. Fue ahí que pensamos en qué nombre ponerle a nuestro kennel y escogimos nombrarlo “TEXANO KENNELS” ya que así se llama la cuadra de caballos cuarto de milla de mi papá y hermanos.


Ya estando en México, planeamos regresar a Estados Unidos para recoger al cachorro y lo debutamos en la Nacional de Pointer Alemán en Tucson Arizona y vaya sorpresa, ganamos con ese cachorro el “Mejor Cachorro de Exposición” y con nuestra hembra, “Best of Winners”, siendo nuestro debut en pistas de Estados Unidos y el verdadero inicio de nuestra aventura en la raza.


Además de nuestra historia, quisiéramos compartir un poco de lo que la raza es y representa en conformación y características.

El Pointer Alemán de Pelo Corto es un hermoso animal, con un increíble espíritu. Es un raza asombrosamente versátil, que puede hacer casi cualquier trabajo que le pidas. Esta raza sobresale en muchas actividades y fue creada como un ágil perro de cacería. De esta manera, podemos verlos triunfar en conformación, trabajo en campo, agilidad, obediencia, clavados, olfateo y la lista sigue y sigue. Es importante mencionar que el Pointer Alemán fue creado para cazar y por ende tener un trabajo, ¡desean y necesitan un trabajo!, porque sin ello pueden volverse bastante traviesos.

Ahora también, es un excelente perro familiar. Son fantásticos como mascotas para personas entusiastas y con el gusto de salir a caminar y pasar tiempo fuera del hogar junto con su perro. Nuestros pointers disfrutan estar fuera todo el día o pasar tiempo tirados en el sofá.

Hay que considerar que aunque el Pointer Alemán es un perro bien desarrollado, no es apto para cualquier persona o familia. Son altamente energéticos, juguetones y pueden ser algo tercos. El Pointer ama darle gusto a su dueño, sin embargo, a veces algo no sale como se desea y el perro se meterá en un problema con su dueño. Si un Pointer hace una travesura, lo sabe inmediatamente y tratará de hacer las paces con su dueño.


Esta raza debe tener un poderoso alcance y potencia en su andar. Un Pointer Alemán bien estructurado, debe ser capaz de cazar en el campo todo el día. Un alcance e impulso correcto es un indicador de esta capacidad de duración. Sus ojos le permiten esa inteligencia y expresividad, y deben de ser café oscuro, aunque el color de los ojos puede hacerse más oscuro a través del tiempo.

El Pointer tiene un hocico largo y esto es para poder cargar aves por períodos largos de tiempo. Los pies deben ser apretados, con almohadillas gruesas y canillas fuertes. El manto apropiado es corto y grueso. Los mantos en esta raza vienen con diferentes patrones: con lunares, parches o colores sólidos. Los colores primarios son cualquier combinación de hígado y blanco o negro y blanco. Cualquier manto tricolor, limón, gris u otro color es una falta seria.


En general el Pointer es un animal sano, sin embargo, como con cualquier otra raza hay áreas de salud donde necesita ser monitoreado; un criador tiene la responsabilidad de hacer análisis adecuados para asegurarse que las futuras generaciones son criadas a un alto estándar genético. Estos análisis incluyen generalmente “rayos x”, para confirmar que no hay displasias de codo o de cadera, “pruebas de degeneración de cono”, para asegurar que no hay ceguera, “exámenes cardiacos y exámenes generales de vista”.


En conclusión, consideramos firmemente que el Pointer Alemán es una gran raza para personas activas y que gustan de realizar actividades con su mascota, que no le tienen miedo a la responsabilidad de tener un perro demandante y que cuentan con la determinación para atenderlo y disfrutarlo.

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