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Por. Rafael Rodríguez Carrillo
La obediencia en México tiene una historia de muchas décadas, deporte que destaca a nivel mundial en todas las sociedades y en la Federación Canófila Mexicana no es la excepción.
Cuando hablamos de obediencia, principalmente pensamos en perritos bien portados, que vienen cuando los llamamos, que no tiran de la correa al caminar con nosotros, que nos esperan pacientemente en un solo lugar y es correcto. Sin embargo, si hablamos de la obediencia deportiva debemos entender que esas mismas conductas básicas se transforman en comportamientos precisos, con una velocidad de reacción alta, sin distractores que confundan al manejador o al perro haciendo del trabajo de la dupla una coreografía coordinada e impecable, lo más apegada a la perfección.
Para practicar la obediencia deportiva debemos iniciar por la selección del cachorro, al igual que en los deportes de alto rendimiento humano, hay cualidades específicas que debemos privilegiar para el correcto desarrollo de la actividad y el sobresalir en la misma, en los perros también deben cumplir con ciertas cualidades como son la pulsión predatoria, de cobro y de presa, un apetito voraz además de identificar un nivel de frustración alto y un nivel de energía superior. Para muchos, estos perros son las mascotas que representan un problema en casa ya que son perros a los que mal llamamos “hiperactivos”, perros que tienen muchas ganas y que para los adiestradores y deportistas no representan ese “problema”, más bien son un saco lleno de oportunidades para lograr objetivos comunes como el aprendizaje mutuo, la diversión en el proceso, la satisfacción de obtener los resultados y demás beneplácitos que nos regalan. Si te sientes identificado con esta descripción puedes acercarte a cualquier escuela afiliada a la FCM que practique este deporte para así encauzar esa energía a una actividad que de tu mano los llenará a ambos, a ti y a tu perro, de experiencias inolvidables.
Posteriormente tenemos que seleccionar la técnica de adiestramiento a utilizar y el profesional con el que nos vamos a apoyar, ya que al igual que en los deportes humanos, es indispensable el apoyo de un profesional que nos guíe o –incluso-, entrene por nosotros a ese SUPER CAN desarrollando todas esas cualidades innatas de nuestro mejor amigo. Esto es sumamente importante ya que, para lograr la máxima motivación y entrega de nuestro perro, debemos utilizar la mayor cantidad de recursos para satisfacer sus principales necesidades y así lograr de manera efectiva el entendimiento, aprendizaje y disfrute de la actividad por nuestro can chiquito.
Teniendo los primeros dos puntos, ahora viene la parte más divertida -y de eso se trata-, de desarrollar una actividad que disfrutemos los dos, aunque la obediencia no es para cualquiera. Como manejador de un ejemplar deportivo de obediencia debes desarrollar cualidades como paciencia, control de impulsos, exactitud en tus movimientos y en las señales que emitas para generar las reacciones en el perro y sobre todo nervios de acero. Dentro de una pista de obediencia, a sabiendas que su desempeño será juzgado por un experto, confiando sólo en todo el trabajo previo, las principales deducciones y equivocaciones en el programa de competencia son originados por un mal manejo y una mala emisión del impulso señal que hace que el perro se confunda o reaccione de una manera diferente.
Ya que tocamos ese punto, quiero platicarles de lo que es una competencia y lo que debemos de tomar en cuenta antes de iniciar. Lo primero es inscribirnos en tiempo y forma, llegar temprano para permitir al perro recorrer la pista y satisfacer su necesidad de reconocimiento de esta y así evitar que quiera curiosear por esa necesidad de identificar los estímulos medioambientales de la zona, en español, hay que dejar que huela todo lo que quiera. El mantener la energía de nuestro perro es también muy importante, evitemos pelotear, jugar o sobre entrenar antes de entrar en la pista, lo que no se trabajó, no lo podremos corregir unas horas antes o en la antepista. Ya dentro de la pista, olvidarnos del perro, enfocarnos 100 % en emitir nuestros impulsos tal cual lo practicamos, siguiendo la primicia “impulsos iguales generan reacciones iguales”, escuchar las indicaciones del juez con atención y confiar en nosotros, en nuestro trabajo previo y sobre todo en que nuestro perro está disfrutando la competencia con la seguridad de que reaccionará tal cual lo practicamos tantas y tantas veces durante las sesiones de adiestramiento.
Los nervios, las mariposas en la panza, la emoción de la competencia, son cosas que en cuanto un competidor las deje de sentir, es momento de cambiar de deporte o actividad, esa adrenalina que se siente desde que esas guardando a tu perro en la transportadora, metiendo en el transporte la carpa, las sillas, la hielera con refrigerios y agua para tu perro, la convivencia siempre fraterna y llena de apoyo y consejos de los otros competidores que además de expertos son buenas personas y estupendos amigos.
La obediencia es un deporte lleno de disciplina, buenos modales, familiar y con limpieza en el proceso. Es la élite de las actividades caninas, ya que como dice uno de los más destacados competidores, formador de expertos y apasionado del deporte: “La obediencia es la base fundamental de cualquier deporte canino”: No importa si tu perro es criollo, de raza única, de pura raza, mascota o de show siempre habrá un espacio para que podamos desarrollar esta actividad tan noble y tan necesaria para el correcto desarrollo físico y mental de los más consentidos de la casa.
Los invito a unirse a uno de los tantos clubes de obediencia, vivir esta experiencia que, aunque lleva tiempo preparar a nuestro perro, disfrutaremos las mieles de nuestro esfuerzo, disciplina, entrega y diversión junto a nuestro mejor amigo, recordando siempre que la obediencia es el deporte que engloba rapidez, precisión y la más grata de las emociones al competir y sí, a veces ganar.
Existen varias categorías, para principiantes y para los más avanzados, también hay división entre amateurs y profesionales, el rally de obediencia es mucho más relajado e ideal para iniciar en la actividad. Sólo necesitan acercarse al Colegio de Jueces de trabajo, obediencia y agilidad o a la Federación Canófila Mexicana para iniciar con este proceso que les garantizo van a vivir con intensidad y los dejará marcados por el orgullo y la satisfacción de obtener resultados junto a su perro.
Tomado de la pata de mi perro, les deseamos el mayor de los éxitos, esperando haber sembrado esa semilla que florece, para que cada vez seamos más en este bello deporte donde se forma el mejor equipo: humano-perro. Hasta pronto.
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