
Final de su misión y un merecido descanso
Por Olivita de México
Hola amigos lectores, les saludo nuevamente con gran placer y agradecimiento a su constante seguimiento a este espacio dedicado a los perros de asistencia de México. En esta ocasión, dejamos un momento las valiosas e interesantes experiencias compartidas de nuestros compañeros usuarios de estos asombrosos canes, para dar paso a la época más sensible existente entre el binomio usuario-perro de asistencia.
Me refiero al difícil proceso de la jubilación de tu perro DE ASISTENCIA. Este periodo es sumamente doloroso para ambos seres sintientes y también, desconocido por la sociedad, quien ignora el fuerte vínculo establecido a lo largo de los años: horas y horas de acompañamiento, compartiendo momentos tristes y viviendo divertidas anécdotas, inigualables aventuras, pero, sobre todo, para el usuario es un placer contar con el maravilloso regalo de su compañía y lealtad.
Qué mejor amigo que tu perro de asistencia, el cual te da luz, protección, movilidad, seguridad y autonomía. Te podrá abandonar tu familia, tu pareja y quienes se decían tus amigos, pero tu perro de asistencia nunca, nunca te abandonará. Siempre permanecerá a tu lado y pendiente de tus necesidades. Siempre alerta y listo para brindarte su alegría y sincera amistad. ¡Qué mejor bendición de la vida es recibir la caricia y el cariño de tu perro de asistencia!
Sin embargo, como lo rigen las leyes del universo y de Dios: todo lo que empieza acaba y lo que nace muere. De la misma manera que sucede con las personas cuando se retiran de tantos años de trabajo, lo mismo ocurre con el perro, quien después de un tiempo de trabajo llega a su etapa de jubilación. Estos canes, como es natural, también se cansan y van minando sus facultades para auxiliar a su usuario. Y muchas ocasiones, a pesar de su cansancio, de sus enfermedades y hasta del dolor, ellos quieren continuar con su misión de auxiliar a su usuario, su amigo, su todo, ya que su amor incondicional va más allá del tiempo y de las enfermedades. Pero, aunque es muy triste para el usuario, es una decisión inapelable, porque el perro tiene que descansar y vivir el resto de sus años con la mejor calidad de vida.
Cada binomio tiene su propia historia, vive este proceso de diferente manera, algunos usuarios suelen ser más sentimentales, otros no lo demuestran, pero, obviamente, también sufren esta inevitable separación. Sin duda, cualquiera que sea la manifestación de los usuarios al momento de la jubilación del perro, la mayoría coinciden en una serie de sentimientos encontrados: tristeza y tranquilidad por saber que al perro le espera una vida de descanso y recompensa a su extraordinaria misión.
Por consiguiente, la jubilación de un perro de asistencia es un proceso con la finalidad de garantizar su bienestar después de tantos años de servicio. Generalmente, estos perros se jubilan entre los ocho y 10 años de trabajo. Aunque debe aclararse que algunos canes pueden durar más o menos años de los mencionados. Ello dependerá básicamente de su salud, alimentación, cuidados, entusiasmo, energía y la capacidad del perro para seguir desempeñando adecuadamente su noble labor.
En el caso de los perros guía, los más conocidos por la sociedad mexicana, su tiempo de servicio depende de diversas situaciones, pues la mayoría de estos canes provienen de la escuela Leader Dog for the Blind, escuela de entrenamiento ubicada en Estados Unidos, por lo que al llegar a México tienen que adaptarse a las condiciones de accesibilidad de nuestro país. Y, a decir verdad, la mayoría de las ciudades no están planeadas para las personas con discapacidad y mucho menos, para los binomios usuarios perros de asistencia, originando estrés en ambos seres. El perro además, tiene que adaptarse al clima, al idioma, a la falta de accesibilidad en las calles, a las cantidades de gente, a los niveles de contaminación, al tráfico, al intenso ruido y a un sinfín de obstáculos que poco a poco van minando sus facultades para guiar con seguridad a su usuario.
Continuando con los perros guía y su proceso de jubilación, al paso de los años, los ojos de dichos canes, se van desgastando, por tanto, su visión ya no es la misma que cuando era joven, de igual manera, sus patas de tanto caminar se cansan y su paso se vuelve lento. Su cadera, la cual, de acuerdo a su raza, también sufren desgaste y son propensos a ciertas enfermedades de tipo genético. En los perros negros suele observarse el avance de su edad, ya que su cuerpo y toda su cara poco a poco se va cubriendo de canas, las cuales son semejantes a intensos rayitos plateados.
Otra muestra clara de su edad avanzada y, por ende, señal de que el perro tiene que jubilarse, se observa en su lento caminar y largas horas de sueño. El perro se mueve menos y no disfruta como antes sus horas de juego. Goza del descanso y sueña, probablemente, en comer y seguir durmiendo al lado de su usuario y amigo. Para estos canes todo está bien mientras esté junto a su amo. No importa el ambiente, lugar, ni el clima. Todo es soportable mientras estén juntos.
Y como ya se ha mencionado, no todos los canes de asistencia se jubilan por edad, ya que son retirados, también por motivos de salud. Algunos perros enferman y deben dejar de trabajar antes de los años esperados. Unos no logran adaptarse al ritmo de vida de las grandes ciudades; otros, desarrollan enfermedades como alergias muy agresivas. En fin, entre los factores más frecuentes y que influyen en la decisión para retirar a un perro de asistencia está la artritis, pérdida de audición o disminución de la visión y de su energía para trabajar.
Entre las enfermedades más frecuentes podemos citar las siguientes:
Problemas articulares y musculoesqueléticos.
Artrosis o artritis: degeneración del cartílago articular, causando dolor y dificultad para moverse.
Displasia de cadera o codo: común en razas grandes, afecta la movilidad y causa cojera.
Tumores malignos o benignos: son comunes en perros mayores, especialmente el cáncer de mama, linfoma, osteosarcoma (huesos) y melanomas.
Insuficiencia renal crónica: pérdida progresiva de la función renal, causando vómitos, letargo y aumento en la sed.
Incontinencia urinaria: especialmente en hembras esterilizadas, debido a la debilidad del esfínter urinario.
Cataratas: opacidad del cristalino que afecta la visión.
Hipotiroidismo: disminución de la función tiroidea, causando aumento de peso, letargo y caída del pelo.
Aparte de las enfermedades arriba indicadas, los usuarios de perros de asistencia, si son cuidadosos, al cepillarlos notan como su cuerpo se va llenando de verrugas, que pueden ser benignas, pero si éstas crecen y crecen se convierten en un dolor de cabeza para el usuario, pues el médico veterinario las tiene que extirpar, de lo contrario, generan graves problemas al perro.
Cualesquiera que sean los motivos de jubilación del perro, ya sea por enfermedad, por edad, por arduos años de trabajo, la separación suele ser un momento desconsolador tanto para el usuario, como para el perro, el cual obedientemente toma sus medicamentos y no sabe la razón de su dolor, de su cansancio y de su escasa movilidad.
Termina el trabajo en equipo, así como la sincronía entre el binomio, pues ha llegado el día en que el chaleco, peto o, en el caso de los perros guía, el arnés, la correa, el collar y demás accesorios de identificación queden guardados para siempre, comenzando una nueva etapa para el binomio. Al usuario le espera comenzar el proceso de solicitar y entrenar con un nuevo perro. En cambio, para el perro de asistencia le espera un largo período de descanso.
Finalmente, el usuario de estos formidables canes le agradece eternamente a su perro todo el esfuerzo, la responsabilidad y el profesionalismo de su trabajo, quedando en deuda con él y anhelando encontrar en el siguiente perro de asistencia las mismas cualidades de su perro ya jubilado. Si se pudiera compensar su apoyo incondicional no alcanzaría la vida para pagar su benevolencia. Cómo agradecerle a sus patas, sus ojos, su cadera, a la inteligencia de su cerebro y a su alma el darles luz a unos ojos; sonido a las palabras; calma a tus crisis de ansiedad y ataques de pánico; apoyarte porque tu cuerpo carece de movilidad; alertarte ante un ataque de epilepsia, o bien, avisarte de tu subida de glucosa.
Sin duda alguna los usuarios de perros de asistencia añoran a sus perros jubilados, sin embargo, saben que no pueden detener el tiempo. Cada perro jubilado sigue presente en el corazón del usuario. Y, más aún, si el perro de asistencia es dormido por determinada enfermedad, queda la esperanza de volverlo a encontrar para atravesar juntos el río que conduce al descanso eterno.
Amigos, espero les haya gustado. Y si quieren saber más sobre los perros de asistencia, no dejen de leer los artículos publicados en la revista Perros Pura Sangre.
¡Hasta la próxima!
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