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Por Ivette Y. Gutiérrez
El Chihuahueño es una de las razas originarias de México, y de las más antiguas del continente americano, cuyos inicios se han encontrado reflejados en culturas mesoamericanas como la Tolteca, Maya y Teotihuacana, donde se encontraron grabados y figuras en varias regiones de México.
Se cree que su ancestro es el Techichi, cuya apariencia era muy similar al Chihuahueño; era un perro de patas cortas, quizá producto de un enanismo, columna alargada, hocico afilado, pelo y orejas erguidos, fue un perro de compañía para los toltecas y se creía extinto después de la conquista de México; existe una hipótesis: que ante la falta de ganado que sufrieron los españoles, los techichis sirvieron también de alimento, pero algunos sobrevivieron en pequeños poblados y aldeas alejados.
El Chihuahueño recibe su nombre por el estado de Chihuahua, lugar donde fue descubierto y posteriormente llevado a Estados Unidos de América por visitantes extranjeros que se encontraban en nuestro país y quedaron cautivados por estos pequeños perros, país que le dio gran popularidad, pues los presentaron en ferias y exposiciones. Durante el siglo XIX y principios del XX, los estadounidenses comenzaron a seleccionar la raza, conservando siempre su identidad mexicana. En 1904 es registrado de manera oficial en el libro de Orígenes del American Kennel Club (AKC) el primer Chihuahueño llamado Migdet.
Aunque en México había perros desde 1895, fue en el año de 1929 que se formó el Chihuahua Club of América y para 1933 se elabora una norma racial hecha por la Sra. Ida H. Garret, criadora sobresaliente de la época en aquel país.
El primer ejemplar registrado en México fue en 1943, su nombre fue “Pequeño” y su número de registro el 14, en el primer Libro Genealógico de la Asociación Canina Mexicana, predecesora de la actual Federación Canófila Mexicana, A.C.
En el año de 1952 la raza es reconocida por la FCI (Fédération Cynologique Internationale) con el número 218 y como país de origen México.
Nuestra hermosa y maravillosa raza ha ido evolucionando al paso del tiempo sin dejar de lado las normas raciales, incluso para llegar al Chihuahueño que conocemos actualmente se realizaron cruzas de razas procedentes de Europa, lo que ha dado también como resultado nuestras dos variedades reconocidas que son Pelo largo y Pelo corto.
De todo este maravilloso trabajo y selección tenemos un perro de temperamento alerta, valiente, cariñoso, apegado y protector de su dueño, a diferencia de lo que se piensa o se cree que son perros nerviosos, agresivos, temerosos, de difícil convivencia, el temperamento del Chihuahueño te sorprenderá y viene a raíz de todo el trabajo realizado por los criadores en la selección de ejemplares no solo en sus características y tamaño, sino en el carácter de esta bella raza, que encanta y sorprende a quien llega a tener un ejemplar de esos.
El Chihuahueño es una raza maravillosa que amará usted inmensamente, es un compañero ideal que convive perfectamente con toda la familia y con otras mascotas, no requiere de mucho espacio, puede vivir en un departamento, pero también se adapta perfectamente a un estilo de vida activo.
Su mantenimiento es fácil, disfruta de los paseos, se recomienda un cepillado semanal y baño que puede ser cada 20 días o mensual, pero debemos poner especial atención del cuidado dental, de sus ojos y lagrimales y el peso, pues si es sedentario o con una no muy buena alimentación puede presentar obesidad. La hipoglucemia es muy común en perros de raza pequeña y el Chihuahueño puede presentarla sobre todo en cachorros, también puede ser originada por estrés, falta de alimento o actividad extrema y deshidratación.
Los chihuahueños son perros de moda, por lo que hace que muchas personas críen indiscriminadamente, sin los cuidados y atención necesarios, dejando a un lado la crianza responsable; por esa razón, si su deseo es adquirir un Chihuahueño, lo ideal es buscarlo con un criador responsable y reconocido.
Un criador no se oculta tras una pantalla digital, siempre estará dispuesto a presentarse ante quien lo busque y con orgullo mostrará su trabajo e instalaciones, para un criador no existen los experimentos, las casualidades, ni accidentes; toda cruza es planeada meticulosamente, con ejemplares saludables, apoyado siempre con veterinarios profesionales de la salud para nuestras mascotas.
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