Por Manuel Queijeiro Piza | Criador
Foto: Max Guzmán
En esta ocasión quisiera hablar de varios temas que me sugirieron y tratar de compartir con ustedes lo que en mi opinión son estos textos. Primero tocar el tema de crianza responsable y de inmediato ligarlo con enfermedades de la raza.
La crianza en estos días tiene muchas herramientas que nos ayudan a lograr mejores resultados; cuando empecé a criar hace 30 años, la única prueba que hacíamos era sacar placas para detectar una posible displasia de cadera. Con el paso del tiempo observamos que muchos perros también presentaban claudicación delantera y se empezaron a sacar placas de caderas y codos; como comenté anteriormente, ese material se empezó a usar como una herramienta para determinar qué cruzar y qué ir eliminando de la crianza para tratar de evitar el riesgo, aunque en mi opinión es algo muy complicado, ya que después de 35 años de estar retirando de la crianza perros que no salen bien, podemos cruzar perros cuyos resultados radiográficos son A de cadera y 0 en codos, y nos puede dar como derivación un perro D o hasta E; por eso mi recomendación es seguir radiografiando a nuestros ejemplares para hacer cada vez menor el riesgo del fracaso, aunque siempre existirá esa posibilidad en el Labrador.
Con el paso del tiempo empezamos a conocer diferentes enfermedades que ya existían, pero no lo sabíamos a ciencia cierta o con profundidad. En esos años hubo un Labrador que se importó de Inglaterra a Estados Unidos de América (USA, por sus siglas en inglés), llamado Receiver Of Cranspire; este perro probablemente haya sido uno de los sementales más usados en la historia, pero lo que no sabíamos en aquel entonces es que era portador de PRA (progresive retinal atrophy, por sus siglas en inglés) que en español se traduce como atrofia progresiva de la retina, que es una enfermedad degenerativa de las células visuales de la retina y es detectada -en la mayoría de los casos- entre los cuatro y seis años de edad de los perros afectados; es hasta entonces que los mismos dueños se pueden dar cuenta de que el perro empieza a tener problemas visuales. Aunque el único que puede dar este diagnóstico es un Oftalmólogo canino.
Esto fue un caos en USA y muchos de los criadores y propietarios de perros con esta sangre directa e hijos y nietos de Receiver fueron eliminados de la crianza.
Con el tiempo se hizo una prueba de DNA que podía diagnosticar a los perros que tenían PRA como afectados, portadores o libres, pero lo que pasó al principio de la prueba es que no era 100 % segura y hubo perros que se muestrearon y salieron afectados y tiempo después resultaron ser portadores y, al contrario, los originalmente portadores salieron libres, pero gracias a la ciencia y al seguir investigando, hoy en día contamos con varios laboratorios 100 % seguros.
Pero la historia no acaba aquí, dado que nuestra raza es un estuche de monerías cuenta con varias enfermedades que no teníamos ni idea que existían antes, una de las que me tocó vivir en mi criadero fue la de EIC (Exercise induced Collapse por sus siglas en inglés) que en español significa colapso inducido por el ejercicio. La primera vez que vi esto estaba trabajando a mis perros en el campo, cuando de repente a una de las hembras se le paralizó por completo la parte posterior, algo que jamás había visto y cargamos a la perra, la llevamos a la camioneta y en cuanto pasaron unos 20 minutos la perra se recuperó por completo. Al no saber qué era, estuve preguntando a mis amigas criadoras en USA, pero no había nada de información científica sobre el caso; con el tiempo se descubrió que también era una enfermedad genética de los labradores, ahora ya contamos con prueba de DNA para saber si nuestro Labrador es afectado, portador o libre y de nuevo tenemos una herramienta para ya no producir perros que sean afectados; esto entra en nuestra competencia de la crianza responsable, ya que gracias a estas pruebas genéticas sí podemos eliminar a los perros afectados si les hacemos pruebas a los que usamos como reproductores.
Lo increíble de esta herramienta es que a diferencia de las placas de displasia, que aunque nuestros perros sean excelentes, en ellas podemos seguir teniendo problemas con sus hijos, con las pruebas de DNA, si cruzamos dos perros libres de cualquiera de esta enfermedades, nuestros cachorros serán libres automáticamente por parentesco.
Otra de las enfermedades comunes es HPNK (en inglés Nasal Parakeratosis) esta enfermedad genética nunca la he visto en mi criadero; sin embargo, la conocí con una perra que me llevaron a cruzar y una vez más no tenía idea de qué era esto; la nariz del perro estaba totalmente agrietada, la verdad muy impresionante, y otra vez gracias a las pruebas genéticas que tenemos hoy en día podemos no volver a verlo y lo que son las cosas, cuando empecé a hacer las pruebas genéticas varios de mis perros salieron portadores de HPNK y por azares del destino -y sin saberlo- siempre las crucé con perros que eras libres y por eso nunca vi a uno con HPNK.
Por esto mi recomendación es que si desean criar a sus labradores, antes que nada hacer las pruebas de placas de displasia, codos y hacer sus pruebas genéticas. Hoy les quiere hablar de las tres más comunes, pero acérquense a la Federación Canófila Mexicana, al Departamento de Enfermedades Hereditarias donde cuentan con un panel súper completo de todas las enfermedades, por lo que ya podemos saber si nuestros perros son portadores, libres o afectados y así poder usar estas herramientas para tener perros más sanos.
Otra de las pruebas que recomiendo hacer es la de corazón, ya que la raza cuenta con problemas cardiacos.
Tocando un poco el tema del temperamento del Labrador podría decir que es una de las razas más versátiles, aunque fue criada para ser un perro cobrador de pato y ganso principalmente en el agua, hoy en día se ha convertido en la raza favorita para guía de invidentes, perros de asistencia, movilidad, autismo. Es increíble el haber tenido la oportunidad de ver trabajar a perros de mi criadero ayudando a la gente para que puedan tener una vida más fácil.