Por MVZ. DIPL. Ma. Isabel Guadarrama Gonzaga
INTRODUCCIÓN
Las altas temperaturas, espacios cerrados y poco ventilados, condiciones corporales arriba de 5, alto grado de actividad, razas grandes, razas braquicefálicas, el color del pelaje, edad, padecimientos cardiacos, padecimientos pulmonares y la raza, al fusionarse algunas o varias variables con las características fisiológicas de los perros de no contar con suficientes glándulas sudoríparas para poder expulsar en calor por medio de la piel y, regular únicamente su temperatura a través del jadeo y almohadillas, generan que su temperatura corporal aumente considerablemente causando daño en los órganos internos en un periodo corto de tiempo.
LA TEMPERATURA CORPORAL DE LOS PERROS
Los perros cuentan con un mecanismo que permite a su cuerpo regular la temperatura de los órganos externos y profundos, gracias a ello pueden sobrevivir a los cambios bruscos de temperatura en el exterior. En algunas ocasiones, este sistema termorregulador no es lo bastante eficiente en casos extremos, por lo que la temperatura interna sigue aumentando de forma imparable dañando los órganos.
La temperatura corporal normal de los perros va de 38 a 39.5°C; la temperatura promedio durante actividades deportivas o el trabajo es de 39.5 a 39.8°C, conforme va aumentando, se van desencadenando una serie de fallos internos, en la medida que su sistema regulador de la temperatura también va perdiendo la capacidad para nivelar la temperatura interna. Por lo que los mecanismos fisiológicos de disipación del calor, como la vasodilatación cutánea y el jadeo, son insuficientes para mantener estable la temperatura corporal, la cual comienza a subir de manera rápida, pudiendo provocar la muerte en menos de una hora. Esto sucede cuando la transferencia de calor ambiental supera la capacidad del animal para eliminar ese exceso de calor.
FACTORES DE RIESGO AMBIENTALES
Temperatura externa superior a los 35 °C.
Humedad ambiental alta, ya que se dificulta la eliminación del vapor de agua del cuerpo del perro.
Espacio reducido o mal ventilado.
Contacto directo con el sol.
Deficiente consumo de agua durante el día.
Carencia o reducción de sombra.
FACTORES DE RIESGO PROPIOS DE PERROS DE TRABAJO
La obesidad es un factor negativo, ya que la piel presenta menos aislante.
Razas medianas o grandes, debido a que es mayor la superficie corporal a refrescar.
El color de la capa del pelaje, en los perros de trabajo con pelaje más oscuro aumenta la captación de calor.
Alimentar durante el día o en el momento de más calor, predispone al canino, ya que la ingesta de alimento aumenta el metabolismo y se libera calor.
Edad senil.
Desempeñar su trabajo en zonas con temperaturas elevadas.
Estancias prolongadas en perreras o caniles con poca ventilación.
Estrés.
Traslados constantes en vehículos con habitáculo y contenedores de plástico.
SIGNOLOGÍA CLÍNICA
Temperatura corporal superior a los 40°C en reposo.
Estado de ánimo deprimido.
Tremores musculares.
Ptalismo.
Cianosis.
Taquicardia.
Letargo o debilidad.
Incoordinación.
Pérdida de la conciencia.
Convulsiones.
Hemorragias.
Vómito.
Diarrea.
Ausencia de producción de orina.
Desvanecimientos.
PREVENCIÓN
Tener disponible agua limpia y fresca cada vez que el perro lo requiera.
Disponer de espacios con sombra y adecuadamente ventilados; de ser muy alta la sensación térmica, colocar al perro en algún lugar que cuente con un ventilador o aire acondicionado.
Si el perro es trasladado en vehículo, éste deberá contar con aire acondicionado para refrescarlo.
El propietario o manejador debe prever siempre llevar consigo toallas y cubos de hielo de forma precautoria en los traslados largos.
No alimentar al perro durante el día, realizarlo al atardecer.
Disminuir la actividad en los horarios de mayor sensación térmica.
No mantener a los perros encerrados en lugares cálidos y directos al rayo del sol durante mucho tiempo.
Pasear al perro en los momentos menos calurosos del día.
Transportarlos en transportadora, en vehículo con habitáculo y que cuente con acondicionado funcional y con acceso al agua.
En lugares calurosos, realizar los traslados por la mañana o después de oscurecer.
En traslados prolongados, realizar una o dos inspecciones durante el viaje para verificar la condición del perro.
Llevar siempre una hielera con refrigerantes congelados y agua fresca en un contenedor.
PRIMEROS AUXILIOS
Llevarlo a un sitio fresco.
Sumergirlo en agua a temperatura ambiente o aplicarle agua a chorro sin presión, solo para humedecer el pelaje.
Aplicar paños húmedos en el área ventral del cuerpo (ya que es la zona con menos presencia de pelo).
Colocar compresas frías y/o cubos de hielo (envueltos en una toalla) sobre la parte trasera de la cabeza, el puente de la nariz, ingles y axilas.
Cuando la respiración sea normal, mantenerlo recostado sobre una toalla húmeda.
Tomar la temperatura de manera rectal.
Trasladarlo al veterinario de inmediato
El tiempo para actuar debe ser corto, ya que de transcurrir un periodo mayor a 30 minutos, podría generar alteraciones irreversibles en el cuerpo del perro que le pueden ocasionar la muerte.
MANEJO CLÍNICO
El manejo dentro de la clínica recomendablemente debe realizarse posterior a la aplicación de primeros auxilios por parte del propietario o manejador, ya que en los casos más graves, puede ser necesario proporcionar soporte cardiovascular y utilizar a la dopamina, dobutamina o norepinefrina. Si el perro presenta convulsiones se valorará el uso de fármacos como metocarbamol, pentobarbital o diazepam. El edema cerebral se puede tratar con furosemida o dexametasona. Si se constata un reflejo laríngeo leve, habrá que intubar para aportar oxígeno suplementario. También se recomienda administrar líquidos por vía intravenosa para corregir la deshidratación.
PRONÓSTICO
Los casos mortales suelen producirse durante las primeras 24 horas tras la evaluación inicial, pero dado que algunas de las complicaciones asociadas a la hipertermia pueden aparecer al cabo de tres a cinco días, es conveniente dar seguimiento al caso.
Las pruebas de coagulación permiten detectar la posible existencia de una coagulación intravascular diseminada, la radiografía torácicasirve para evaluar el estado de bronquios y pulmones y un electrocardiograma podría revelar posibles arritmias.
REFERENCIAS
1.- Bruchim, Y. et. Al. (2017) Pathophysiology of heatstroke in dogs – revisited. Temperature; 4(4): 356–370.
2. Bruchim, Y. et. Al. (2009) Pathological findings in dogs with fatal heatstroke. J Comp Pathol; 140(2-3): 97-104.
3. Bruchim, Y. et. Al. (2006) Heat stroke in dogs: A retrospective study of 54 cases (1999-2004) and analysis of risk factors for death. J Vet Intern Med; 20(1): 38-46.
4. Crisp MS. Técnicas de cuidados intensivos. En: Birchard SJ, Sherding RG. Manual Clínico de Pequeñas Especies, 2nd ed. México: Mc Graw Hill– Interamericana; 1996; p. 24-41.
5.- Koch DA, Arnold S, Hubler M, Montavon PM. Brachycephalic syndrome in dogs. Compendium on Continuing Education for the practicing Veterinarian, 2003; 25(1): 48-54
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