Por Jessica Elizabeth Velasco Durán
El nombre del West Highland White Terrier proviene del latín -terra- que significa tierra. De color blanco y originario del oeste de las Islas Altas de Escocia.
Algo de su historia…
Sus inicios se remontan a finales del siglo XIX, época en donde se les criaba para ser utilizados en actividad de caza bajo tierra y atrapar en sus madrigueras a roedores y otras alimañas del campo. Todos los Terrier son originarios de las Islas Británicas y se desarrollaron provenientes de un ancestro similar. Al principio los Terrier se catalogaban en dos grupos, uno era el Escocés de Pelo Grueso y patas cortas y el otro el Inglés de Pelo Suave y patas largas.
De la familia de los perros Terrier de Escocia, derivan las razas que en la actualidad son los “Cairn Terrier”, “Skye Terrier”, “Scottish Terrier” y “West Highland White Terrier”.
En un principio, la tonalidad que predominaba en la crianza de estos perros era el de color obscuro o rojizo y los ejemplares que nacían de color blanco o crema eran sacrificados por sus dueños, argumentando que el color claro influía en el carácter y temperamento y que no serían valientes ni resistentes para cazar, como los de pelaje obscuro.
A inicios del siglo XIX vivía la familia Malcolm de Poltalloch (Argyllshire) propietaria de un grupo de pequeños perros color obscuro y rojizo, los cuales eran de gran carácter, con pelo de doble capa y extremidades cortas; se utilizaban para cazar en las madrigueras del campo.
Se cuenta que en el año de 1860, el coronel Edward Donald Malcom, al ir de cacería con su jauría persiguiendo una zorra, confundió a su perro favorito, le disparó y lo mató. Incidente por el cual tomó como propósito la crianza selectiva de ejemplares que tuvieran color blanco, para que en el futuro se identificaran fácilmente y no le volviera a suceder tan lamentable suceso con sus perros.
Al coronel Malcolm -con sus “Blancos de Poltalloch”-, se le considera el padre de esta raza, ya que fue él quien los bautizó con el nombre oficial que hasta la fecha conocemos.
El Coronel también fue el fundador del “West Highland White Terrier Club” de Escocia en el año de 1905. Y un año más tarde, en Londres, el “Kennel Club” dio la autorización para reconocer a la raza y su denominación.
Al mismo tiempo encontramos al doctor Flaxman de Fifeshire, en el oeste de Escocia, quien criaba perros llamados Pittenweems Terrier que eran considerados como los White Scottish Terrier, pero existían otros más llamados Roseneath, también de color blanco. Estas dos líneas de perros no tuvieron mucha aceptación y pronto dejaron de existir.
El coronel Malcolm se opuso rotundamente a realizar cruzas de estas líneas con algunos de sus perros, puesto que no llevaban una selección genética; gracias a esta forma de pensar podemos creer que es por ello que se conservan las características de la raza como hoy la conocemos.
En el año de 1891, por primera vez se publicó en el Gray´s Dog of Scotland una descripción del West Highland, escrita por el capitán Mackie: “Los Blancos de Poltalloch” pesan entre 7.25 y 9 kilogramos, su aspecto es de bribones, son muy activos, con un pelaje corto de hilos blancos entretejidos, duro como si fueran cerda, con una longitud entre 2.5 y 6 centímetros, con excepción de la cabeza y el hocico, donde es corto y duro como alambre. La cabeza es alargada, la trufa ancha, los dientes extremadamente grandes para un perro tan pequeño. Las orejas las llevan erguidas y están cubiertas por un pelo corto y aterciopelado. La cola tiene buena inserción ligeramente curvada y portándola alegremente”.
En 1904 fue fundado el “West Highland White Terrier Club of Scotland”, teniendo como primer presidente al Duque de Argyll.
En 1907 se contabilizan 14 ejemplares inscritos en Escocia, donde se obtuvo el primer campeón de esta raza. Así mismo el crufts estableció varias categorías y se funda el “West Highland White Terrier Club of England”, hechos que motivaron la crianza de esta raza, por lo que antes de iniciar la Primera Guerra Mundial ya se contabilizaban cientos de “westies”, de los cuales 27 se convirtieron en campeones registrados.
Personajes que también influyeron en el desarrollo de la raza fueron Holland Bucley y su hija, propietarios del criadero Scotia, también Mrs. B. Lucas del criadero Highclere y Mrs. Cyril (May) Pacey, del criadero Wolwey, que unidos crearon 58 campeones.
Al llegar al año 1916 se tuvieron que suspender todas las exposiciones caninas en las Islas Británicas y toda la crianza de perros se tuvo que detener, pues había mucha dificultad y racionamiento de comida debido a la Primera Guerra Mundial.
Esta situación provocó que muchos criadores sacrificaran perros, incluyendo a Mrs. Pacey, quien tuvo que inmolar personalmente a 15 de sus ejemplares. Al confrontar esta problemática, muchos criadores seleccionaron los mejores ejemplares de sus respectivos criaderos para proteger sus líneas genéticas.
Más tarde, terminada la guerra en el año de 1919, el gobierno nuevamente dio permiso a la crianza y un año más tarde se reanudaron las exposiciones caninas y se consiguieron cinco nuevos campeones. Mrs. Pacey retomó la crianza de sus perros con un excelente programa genético hasta 1963 (año en que falleciera), logrando que el 25 % de todos los campeones inscritos llevaran el “Afijo Wolwey”. Obtener este prestigio incrementó el interés por sus perros y fueron enviados a toda Europa, principalmente a Escandinavia.
En Inglaterra, entre 1920 y 1940 se criaron perros excelentes, años en que también los propietarios manejadores empezaron a presentar a sus ejemplares acicalados, a los cuales se les eliminaba el pelo muerto y sobrante, dándoles un mejor aspecto, además de resaltar la diferencia con el perro de trabajo; así mismo, se vestían elegantemente para estar a la altura de la competición.
Los West Highland White Terrier en USA
A principios del siglo XIX, llegaron los primeros West Highland a los Estados Unidos de América, los cuales se inscribieron como Roseneath Terrier y, en 1906, cinco de estos ejemplares participaron en la exposición canina del Westminster Kennel Club.
Se tiene información de que la señora Virginia Murray fue la persona que en el año de 1907 importó el primer West Highland de Europa a los Estados Unidos de América, misma dama que estuvo presente con esta raza durante muchos años. En septiembre de 1909 fue reconocida por el “American Kennel Club of America” como miembro del American Kennel Club (AKC).
Estados Unidos ha contado con criadores muy dedicados, mismos que han logrado producir excelentes ejemplares descendientes de perros importados de Inglaterra, utilizados como pies de cría, logrando colocarse muy alto en exposiciones.
A finales de los años 20s del siglo pasado, los criaderos Edgerstone, que eran propiedad de Mrs. (la señora?) John Winant y luego de la señora Marion Eppley, continuaron hasta los años 50s logrando producir más de 40 campeones. Cabe hacer mención que en una ocasión, la señora Marion se presentó en Inglaterra como jueza y colocó a una West Highland como “Best in Show”, ejemplar que terminando la exposición compró y la llevó consigo a Estados Unidos. La perra se llamaba Ch. Wolvey Pattern of Edgerstone, misma que más tarde, en el año 1942, logró ganar el “Best in Show” en la famosa exposición de Westminster.
Años después nuevamente en Inglaterra, la señora Eppley, al juzgar en otra exposición colocó a un Scottish Terrier llamado Ch. Walsing Winning Trick of Edgerstoune como “Best in Show” y al terminar la exposición lo adquirió como había hecho anteriormente con la perra Wolvey. Este nuevo ejemplar también llegó a ganar el “Best in Show” en Westminster en 1950.
Mrs. John Winant tuvo la fortuna de criar tres West Highland White Terrier que lograron “Best in Show”, y esto es un gran mérito para cualquier criador. Ella estuvo participando durante 50 años en varias exposiciones apoyada siempre por su marido el señor John Marvin, el cual fue un gran investigador y escritor en la materia, por lo que visitaba periódicamente Inglaterra y conseguía toda clase de información acerca de los Terrier.
El criadero Wishing Well, el cual fue formado por la señora Florence Worcester y su hija Bárbara Keenan, inició en 1950. Bárbara adquirió su primer West Highland White Terrier cuando apenas tenía la edad de 13 años, perro que provenía del criadero Edgerstone de la señora Winant. En 1954 importó al ejemplar de nombre CH. Crubent Dexter, el cual se convirtió en un macho exitoso al llegar a ser un ganador de “Best in Show”; otro perro que también importó fue CH. Elfinbrook Simon, que logró ganar el “Best in Show” en la exposición de Westminster en el año de 1962 y consiguió un total de 26 veces más en otras exposiciones; se considera que los machos y hembras pertenecientes a su criadero tuvieron durante muchos años gran influencia dentro del mundo de los West Highland en Estados Unidos. Hacemos mención de que Bárbara Keenan llegó a ser una jueza muy reconocida.
Por otra parte Naomi y Jim Eberhardt fueron criadores y presentadores muy activos durante muchos años y lograron criar 75 perros campeones americanos. Ambos han estado presentes dentro del club de la raza y llegaron a obtener su licencia como jueces de varias razas.
Sabemos que en América han existido muchos criadores importantes, así mismo podemos obtener mucha más información en los libros de John Marvin y de Anna Katherine Nicholas, acerca de la historia de esta maravillosa raza en los Estados Unidos de América.
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