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El Mastín Tibetano


Por José Gallardo


Es un honor para mí, José Gallardo, poder realizar este artículo sobre el Mastín Tibetano para tan prestigiosa revista, actualmente llevo más de cuatro años como propietario y criador de esta raza y con más de 20 años trabajando con otras razas, como el Dogo de Burdeos, el Bulldog Inglés, el Dogo Argentino entre otras, actualmente estoy en un proyecto con el Mastín Tibetano para producir una línea entre mongola y china que le permita a la raza ser imponente, funcional, evitando la mayor carga de problemas congénitos propios de la raza en líneas chinas.

El Mastín Tibetano es una de las razas más antiguas, no sólo de China sino del mundo; es una raza originaria del Himalaya y tradicional de los monasterios tibetanos, es una de las castas más exclusivas, hay muchos rumores acerca de la raza y muchas ideas de cómo es el estándar ideal, en lo personal me identifico más con las líneas chinas y mongolas que con las europeas, que son las comunes en México.


Para hablar del Mastín Tibetano lo que debemos tomar en cuenta -como en todas las razas- es el estándar y al igual que en algunas otras razas recientes o que apenas se están incorporando a la FCI (Federación Cinológica Internacional) se manejan dos estándares diferentes; uno, como ya lo había mencionado, es el de la FCI y otro es el que se maneja en el país de origen, en el caso del Mastín Tibetano ambos estándares son muy similares, pero las pocas diferencias sí pueden ser muy significativas: de manera general, lo que ambos estándares nos dicen es que debe ser un perro de apariencia poderosa, pesado, bien construido, con buen hueso. Impresionante, de apariencia solemne y seria, debe combinar fuerza majestuosa, robustez y resistencia, apto para realizar su trabajo bajo cualquier condición climática, además independiente y protector. Debe imponer respeto. Sumamente leal a su familia y a su territorio. Lento de madurar, recién alcanza su plenitud a los dos o tres años la hembra y por lo menos en cuatro años el macho; en mi opinión y déjenme decirles que he tratado con más de cinco razas, ésta es la que más tarda en alcanzar su madurez.


La diferencia más notoria es al hablar de los colores del manto, que nos dice que la calidad es de mucho mayor importancia que la cantidad. Manto áspero y grueso, capa exterior no demasiada larga, con subpelo denso y lanoso en clima frío, que se convierte en ralo en meses calurosos. Los machos tienen notablemente más pelo que las hembras. El pelo es fino, pero duro, recto e hirsuto, nunca sedoso, rizado u ondulado. Cuello y hombros con abundante pelo, dando la apariencia de melena.


Cola de pelo espeso y con fleco, las patas traseras con abundante fleco en las partes posterior y superior y el color debe ser negro intenso, con o sin marcas fuego; azul con o sin marcas fuego; dorado, desde bayo intenso a rojo profundo, sable. Todos los colores deben ser lo más puro posible. Las marcas fuego van de un castaño fuerte a colores más claros.


Una estrella blanca en el pecho es admisible. Manchas blancas mínimas en los pies son aceptadas. Las marcas fuego aparecen sobre los ojos, en la parte inferior de las extremidades, en la parte inferior de la cola. Marcas fuego en el hocico; marcas en forma de anteojos son toleradas, sin embargo, las líneas chinas y mongolas suelen tener mucho más pelo que las líneas europeas, con más hueso y con colores diferentes, tales como el blanco, que en la antigüedad eran exclusivos de los emperadores y se decía que quien tuviera uno debía sacrificarlo o en su defecto ofrecerlo al Emperador como regalo, empero, ahora está muy penado y mucha gente cree que el color y el grueso de los huesos es por cruzas con otras razas ya que estamos acostumbrados a ver perros muchos más ligeros, las llamadas líneas europeas que, investigando un poco, encontré que los primeros tibetanos que salieron de China fueron precisamente un regalo a la reina Victoria y posteriormente Fernando VII importó varios cachorros a Reino Unido; no obstante, para poder continuar con la raza se tuvieron que hacer cruces con diferentes razas similares a ésta, en lo personal me gusta manejar un estándar más equilibrado, es decir, perros molosos que puedan desarrollar un buen trabajo con un carácter bastante fuerte, pero no tan excesivo que desarrolle en el perro enfermedades propias de la raza y/o el estándar que se maneja actualmente en China. El proyecto que actualmente manejamos en EL GRUPO MOLOSOS DE MÉXICO y el grupo WHITE SNOW TIBETAN MASTIFF dirigido por el señor Adán Robles, tenemos actualmente un proyecto de crianza entre líneas de origen chino y mongolas, las cuales esperamos sean de gran impacto en México.


En mi experiencia debo decir que el Mastín Tibetano es una raza bastante diferente a las demás, pues por principio de cuentas les diré que a diferencia de las otras razas, ésta suele ser muy independiente y eso es notorio desde que son cachorros, a pesar de no ser tan apegados al amo sí son demasiado protectores y territoriales, o por lo menos las líneas mongolas suelen serlo, además del carácter tan fuerte que tienen estas líneas. La segunda diferencia es que su celo es muy diferente, dado que les llega una vez al año, lo que hace más difícil la reproducción; y la tercera diferencia de los tibetanos es la ingesta, ya que ellos –distinto a otras razas- suelen comer muy despacio, incluso hay veces que llegan a dejar de comer. La primera vez que esto me sucedió mandé a traer a mi veterinario y después de la revisión me indicó que el perro estaba completamente sano, entonces le marqué al señor Eduardo Lejarazu y a mi amigo y copropietario Byron Bejarano, ambos me comentaron que esto es normal en la raza, en términos generales podemos decir que el Mastín Tibetano es una raza rústica, pero muy interesante, que demanda mucho tiempo, pero al final del día te darás cuenta de que vale cada minuto y peso invertido.

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