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Por Mar Reyes
El primer contacto de un cachorro con el mundo exterior es un momento impresionante. Desde el nacimiento, cuando el cachorro sale del vientre materno, todo es nuevo y desconocido para él. Su primer estímulo es el tacto, y generalmente la madre se encargará de estimular la respiración y la circulación del cachorro. A medida que van naciendo, la madre los limpia y acomoda asegurándolos, lo que es esencial para mantenerlos calientes y cómodos. A lo largo de las primeras horas y días, el cachorro empieza a percibir el ambiente, su sentido más desarrollado es el olfato.
El período de tiempo entre el nacimiento y el destete es uno de los más críticos en el desarrollo de un cachorro. Durante las primeras semanas de vida, los cachorros dependen completamente de la leche materna para obtener los nutrientes esenciales que necesitan para crecer. La leche materna proporciona una nutrición completa y anticuerpos vitales que los protegen contra infecciones, desarrollando su sistema inmunológico y preparándolos para su sociabilización temprana.
El destete comienza en las primeras cuatro semanas cuando el cachorro empieza a masticar alimentos sólidos. Luego entonces, la transición de la leche materna a la comida sólida debe hacerse de forma gradual para evitar alteraciones digestivas.
Los cachorros de razas gigantes requieren una dieta muy específica, rica en proteínas y minerales, para asegurar un crecimiento saludable. Después del destete, es recomendable ofrecer paulatinamente una mezcla de alimentos frescos y balanceados que cubran todas sus necesidades nutricionales. En mi experiencia, la dieta BARF es ideal para estas razas molosas.
La dieta BARF con que alimento a mis cachorros contiene pollo, cordero, vegetales y cereales en alta cocción, rica en proteína para su desarrollo muscular y óseo. Así como fibras y antioxidantes, ayudando en la digestión y fortaleciendo su sistema inmunológico. Esta combinación ofrece una nutrición balanceada, mejora la digestión y promueve un pelaje saludable. Los ingredientes son de calidad, ya que la salud de los cachorros está directamente relacionada con lo que comen.
Durante las primeras semanas de vida, la interacción entre madre y hermanos es esencial. La madre no sólo proporciona alimento, sino también protección. Los cachorros aprenden mucho a través del comportamiento de la madre y también de la interacción con sus hermanos. Es ahí cuando comienzan a desarrollar habilidades sociales, como la inhibición de la mordida, la competencia por recursos y su comportamiento; el vínculo entre los cachorros y la madre es también vital para el desarrollo emocional y psicológico. Si un cachorro es separado demasiado pronto de su madre y hermanos, puede enfrentar dificultades en su sociabilización y además tener problemas de comportamiento en el futuro.
La sociabilización temprana garantiza que los cachorros sean equilibrados y adaptados. A partir de las tres semanas de edad los cachorros comienzan a conocer más su entorno. Es en este periodo que están expuestos a una variedad de estímulos con otros perros, personas, ruidos, así como temores y ansiedades que podrían desarrollarse más adelante en su vida. La sociabilización debe ser un proceso continuo durante el primer año de vida.
Hablando sobre el adiestramiento de un cachorro en su nuevo hogar, es primordial que confíe en su nuevo entorno y en las personas que lo rodean. Las reglas de la casa deben ser consistentes y pacientes. El refuerzo positivo como premios y caricias es la mejor forma de ganar su confianza para sentirse seguro y querido.
Es necesario comenzar con lo básico: aprender a hacer sus necesidades en el lugar adecuado, caminar con correa y comportarse dentro de la casa. Con esta base en su adiestramiento temprano, se pueden manejar con facilidad.
Para un viaje con un cachorro garantizando precauciones, bienestar y seguridad. Durante los primeros meses, es mejor viajar con una transportadora adecuada para su tamaño, que le proporcione espacio suficiente para estar cómodo en el transcurso del viaje. Es fundamental que el cachorro tenga acceso a agua y se detenga en tiempos prolongados irregulares para estirarse, especialmente durante viajes largos. El bienestar del cachorro debe ser la prioridad en todo momento.
El cuidado de los cachorros de razas gigantes implica un enfoque general, desde una alimentación adecuada hasta la sociabilización, el adiestramiento y la seguridad. La etapa que va desde el nacimiento es esencial para su desarrollo físico y emocional, y las decisiones tomadas en esos primeros días tienen un impacto duradero en su salud y comportamiento. Como criadora, es mi responsabilidad garantizar que cada cachorro crezca en un ambiente seguro y amoroso, donde pueda desarrollarse de manera óptima para convertirse en un gran compañero que pueda cuidar de su familia, ya que son excelentes guardianes y protectores.
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